Nada de “versus”: armonización económica
Por Domingo R. Godoy
Cuando empezamos a focalizar un tema, muchas veces cometemos el error que dicha concentración excluye otras alternativas… generalmente opuestas. Intentamos, en este documento no cometer esos deslices. Antes bien, ansiamos sugerir. Evitarlos y /o remediarlos. Dicho de otra manera. Si nos introducimos en un argumento, parecería que nos estamos olvidando del resto. Como que una cosa (de la economía hablamos) excluye otra. Veremos que no puede o debe ser así.
1. EL ENFRENTAMIENTO
Si nos dedicamos a la economía de las PYME o MIPIME, tendemos a abandonar a la gran empresa. Si hablamos de medio ambiente se impulsan empresas metalextrativas contaminantes o en su defecto mantener un statu quo de la naturaleza intocable o inmaculada. Si discutimos de entidades agrupadas en Federaciones, confederaciones o Cámaras, parece que abandonamos la individualidad de la empresa o sus partes constitutivas. Si hablamos de empresas de capital las anteponemos a empresas de personas…Si hablamos de tercer sector lo consideramos un ámbito de tercera, cuando puede perfectamente participar en “primera”.
Si discutimos de la representación y figuración en los partidos políticos lo preferimos a la representatividad entitaria o en vez de la masividad del voto popular preferimos la legitimidad representativa de lo socio-económico…Si hablamos de trabajadores, de empleo, focalizamos la crítica en lo sindical como respaldo único al propietario o al capitalista. Si hablamos de economía provincial olvidamos complementarlo con lo que falta, lo nacional. Si hablamos de necesidades nacionales no podemos apartar el ámbito internacional.
2. NO A LAS EXCLUSIONES
Esta dialéctica no se corresponde con el momento actual. Menos aun con un desarrollo integral humano para el futuro. Es caer en trampas mutuamente excluyentes… de campo vs ciudad; interior vs. capital; femenino vs masculino; minorista contra mayorista; privado o público; etc.
Dentro de la economía (como también puede pasar en otras materias) surge la conveniencia y necesidad de ver y hacer, cómo -armoniosamente- complementamos lo que falta para plenificarla para el bien común. En otras palabras, la opción inelástica de blanco o negro debe verse como acción de grises. A nuestro criterio no debe navegarse en un mar sin costa como es el subjetivismo sino en las posibles opciones de varios muelles que nos depara la vida, económica en nuestro caso.
La estafa dialéctica es engaño ideológico y viceversa. A la tiranía del subjetivismo, sí debe oponérsele la objetividad del realismo. Sí se debe defender lo natural en contra de lo antinatural, porque éste no tiene posibilidad de sobrevida.
3. NECESIDAD ACTUAL
Lo que se necesita en la actualidad económica es mantener lo que funciona bien y complementarlo. Desarrollar lo que está mal o lo que no hay. Si tenemos empresas de capital que funcionan bien (familiares, pymes, grandes, etc…) debemos pensar en lo que les falta. Si tienen competitividad, no debemos atacarla. Corresponde acompañarlas en su adecuación para satisfacer eficazmente (e integralmente) las necesidades de las personas. Los intereses y conveniencias materiales de esos entes, complementarlos con valores y principios humanos.
Hablan de orfandad o desmanejo de la economía. Más espacio para el sector privado coordinado. no permitamos el avance de la anarquía. En estos momentos, vale la pena echar una mirada a los clásicos, que no son tan economistas, como Chesterton cuando habla del Distributismo. Allí observamos que los conceptos filosófico-políticos SON parte de la economía, en tanto son parte del hombre.
El esfuerzo humano no anteponerlo al ocio. El esfuerzo individual, en sí, no es detestable o descartable…pero si es débil que si es egoísta y descoordinado de los intereses comunes… eso sí.
4. ECONOMIA SOCIAL
Rescatamos la economía social como solución oportuna, ya que ES economía. Lo social le brinda lo que está faltando, como hemos dicho en varias oportunidades. La recta economía no es liberalismo individualista con un poquito de solidaridad; como si fuera un café cortado. La necesidad social no es opuesta a la satisfacción personal. ¡Una incluye la otra! Lo traumático es cuando lo personal EXCLUYE lo social. Es conveniente buscar la satisfacción integral, humana y solidaria más que el disfrute individualista…
Si no se hubieran podido compatibilizar ideas distintas, la cultura no hubiera crecido. Al decir de Caturelli, la palabra Universidad y su desarrollo -unión de los opuestos (versus)- muestra en acción, lo que movilizó la humanidad.
5. LA INTELIGENCIA ACTUAL
Hoy, la inteligencia de la empresa privada de capital, es descubrir su socio adecuado. Si en su gestión no realiza proactivamente y voluntariamente una distribución solidaria, le vendrá la “solidaridad estatal impuesta” … y con esto la presión estatista. El mejor apareamiento es -dentro de lo privado- colaborar ARMÓNICAMENTE entre el capital y la persona.
Asociativismo es mejor que intervencionismo y mejor que aislacionismo. Acoplar el mercado y lo social. Entre el capitalismo y el solidarismo. Así como las entidades de capital deben buscar el complemento humanista, los entes del tercer sector deben mostrarse, hacerse ver, resaltar su eficacia y eficiencia, bajar prejuicios, imaginar coaliciones, encarar acciones viables, imaginar grandezas, no detestar el dinero sino ordenar su uso, su disfrute dándole su justa función de medio y no de fin. Se debe reconocer que lo natural es la convivencia, no la guerra. La armonía no el caos. Acá si anteponer Cosmos a Caos. El lejano surgimiento del individualismo despersonalizante, generó hace tiempo, la reacción… Y fue (y es) cruenta y larga e insensible. La idea regeneradora es que el centro es la persona, no el individuo.
La respuesta solidaria debe llegar para insertarse. Debe aterrizar para incorporarse estructuralmente al accionar socio-económico. No es una solución pasajera porque el ingrediente central, el hombre, es el protagonista, el centro, el foco, el destinatario…y es lo permanente…A los entes regeneradores del tejido social les debe comprender la idea que, a la persona y a la familia, se la promueve juntamente con su patrimonio y a la inversa.