Compliance y ética económica: hacia un modelo empresarial más humano
Compliance y ética económica: hacia un modelo empresarial más humano
En tiempos de hiperregulación y crisis de sentido, el experto Domingo R. Godoy propone repensar el rol del Compliance como aliado de una economía centrada en valores. Desde la ética empresarial hasta la economía social y solidaria, su reflexión invita a recuperar el propósito humano detrás de las normas, evitando que el cumplimiento se convierta en una trampa burocrática.
Domingo R. Godoy
Experto Economía Social
La intención de estas ideas es tratar de mostrar que, lo de hoy -acciones, conductas, pensamientos, etc.- responden en gran parte a lo que se hizo ayer. Nos surge -casi inevitablemente- el antiguo pensamiento de: “nada nuevo bajo el sol” … reconociéndolo como una de las creaciones universales en el orden físico, más pretéritas.
El hilo conductor
Lo que se muestra en nuestros días en las acciones humanas -que es justamente lo que nos convoca- responden, en tanto humanas, a la permanente y natural conducta del hombre. Estamos hablando del orden moral, ya no del físico. De la primigenia soberbia en el Jardín del Edén, a las actuales avaricias, vanidades, arrogancias hay miles de años y un breve paso “cualitativo”. De las carencias y necesidades vividas por el hombre -motivándolo a acciones “económicas”- las reacciones de ayer no discrepan a las de hoy. Los primitivos movimientos de supervivencia de la raza humana son intentados con semejantes formas (y objetivos) en la actualidad.
En esa línea de razonamiento, rescatamos como respaldo, las iniciales ideas mercantiles -sostenidas o explicadas por nuestros antepasados preocupados por el tema- pero siempre respetando al hombre como principio, hacedor y destinatario del accionar económico; en su dignidad; en la ética; en su libertad, transparencia y en su derecho de propiedad unido a la función social de la misma; en el bien común y la acción subsidiaria del Estado, sumado lo asociativo y solidario. Esos argumentos propusieron medidas positivas, con saltos impresionantes en la cultura de la humanidad.
Esto muestra que se ha transitado una lógica -áspera y creativa a la vez- que recala en los últimos tiempos en distintas formas de avanzar ordenadamente en lo socio-económico, como: la Responsabilidad Social Empresaria; habiendo pasado por el Distributismo; el Humanismo Económico; la economía del Bien Común…Soluciones más técnicas como la Teoría de las Relaciones Humanas (Elton Mayo); Gestión participativa; Desarrollo Organizacional (DO); Enfoque sociotécnico; Teoría X y Teoría Y (Douglas McGregor) y/o Liderazgo transformacional, a lo que se puede agregar, los “grupos de Interés”; la capitalización popular; el “Ganar-ganar”; la “negociación estratégica”; cooperativismo, mutualismo y empresas de capital social; la descentralización, delegación y desconcentración; las Buenas Prácticas, etc. configuraron lo que se reconoce como Economía Social y Solidaria (ESS). Estos planteos tienen una razón común: la naturaleza humana (sorprendente y frágil); las periódicas reacciones de supervivencia y las previsibles consecuencias. Es oportuno decir que hace algún tiempo también va desarrollándose el “Compliance” como figura complementaria al quehacer empresario.
El Compliance
Sumamos a aquellas propuestas con sus formas de expresión y estilos de aplicación, el moderno formato del contemporáneo “Compliance”. Se lo entiende como “el programa de cumplimiento”; sistema de Compliance o (en las empresas) el departamento de Compliance”. Es el conjunto de prácticas que aseguran que una organización cumpla con leyes, regulaciones y estándares éticos. Aunque suele tener un enfoque técnico y legal, le cabe incorporar principios más profundos.
Identificamos a los inicios del Compliance en “… la normativa relativa a la lucha anticorrupción, el soborno y otros delitos similares, luego extendida a la prevención del lavado de dinero, financiamiento del narcotráfico y del terrorismo”.
En Argentina el antecedente principal es la ley 27.401 (2017), de responsabilidad penal de las personas jurídicas. Dentro de los países que lideran las políticas de Compliance y transparencia (vemos) a Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido, España, Chile, Brasil, México, Perú y Colombia.
En varios de esos países las legislaciones son extraterritoriales, lo que significa que sus normas pueden ser aplicadas a hechos cometidos fuera del país. Así, en Estados Unidos rige la FCPA (Foreign Corrupt Practices Act of 1977), Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, en cuya virtud el Departamento de Justicia Americano (DOJ) podrá actuar siempre que en cualquiera de los actos preparatorios o de consumación de los sobornos se produzca algún criterio de conexión con EEUU.”[1]
Las referencias de esta disciplina, las vemos cercanos en el tiempo, descubriendo unos inicios en 2006 como la norma australiana que sirvió como base conceptual para la ISO 19600 de 2014…que fue la primera norma internacional sobre Compliance. La ISO 37301 se inició en 2018 con el objetivo de crear una norma Tipo A, es decir, con requisitos verificables por auditores externos.
La norma ISO 37301 establece los requisitos para un Sistema de Gestión de Cumplimiento (SGC) eficaz dentro de las organizaciones. Esta pauta proporciona directrices para establecer, desarrollar, implementar, evaluar, mantener y mejorar un SGC que permita a las organizaciones cumplir con sus obligaciones legales y con otros de destino normativo. Sería interesante la aplicación en las distintas jurisdicciones gubernamentales, desde la comuna o municipio hasta el mismo Estado Nacional.[2]
El avance de esta actividad ha conformado una entidad privada que es la Asociación Argentina de Ética y Compliance (AAEC). Existe para defender la práctica ética y las normas de observancia en todas las organizaciones y proveer los recursos necesarios a los profesionales del cumplimiento y a otros que comparten estos principios. Los integrantes de la AAEC deben tener siempre presente que lo correcto debe primar sobre lo conveniente”.[3]
El actuar humano en la economía
Coincidiendo en la relativamente reciente oportunidad de su aparición; en la conveniencia operativa de rescatar el actuar ético en las empresas y en los avances reales y reglamentarios, también vemos que éste va acompañado por el surgimiento de avatares.
Observamos -desde lo expresado por los ejecutores y siguiendo nuestra descarada intromisión en este tema en el que no somos expertos- dos riesgos emergentes relevantes: la obsesión por cumplir y el avance del formalismo; del reglamentarismo si se quiere. Los vemos anclado en su génesis, en tanto se entienda que es solo de respaldo de la legalidad sin buscar la legitimidad.
Respecto al primero se resume en el “hacer por hacer” o “lograr a toda costa”. También lo identificamos en la mecanicidad de cumplimiento o en el logro por el logro mismo. Entendemos la vida económica (y por ende la empresaria como parte), en un desarrollo de personas en libertad, impulsado por el objetivo de brindar servicios; de creación de recursos; de generación de riquezas y satisfacción de necesidades…Lógicamente esas acciones tienen pautas de trabajo, tiempos de ejecución, modalidades operativas, etc. que deben respetarse. Cabe preguntarse si el objetivo es: hacer lo que tiene que hacer la empresa, obteniendo que el cliente; el empleado y el dueño logren satisfacer necesidades reales; hacerlo éticamente o lograr que esa compañía, sus dueños o directores maximicen su utilidad.
Respaldamos la idea de hacer lo que se debe en forma ética o sea tratar de satisfacer necesidades reales de la comunidad y de la empresa como cuerpo. La maximización de utilidades -idea que no compartimos si se la considera como única y motora- va de la mano de lo dicho anteriormente…ganar a toda costa.
Esta última actitud socioeconómica, es la que repercute en el orden social y transforma a las corporaciones empresarias en máquinas de generar dividendos mas que en instrumentos de satisfacción de genuinas necesidades comunitarias. La eticidad no va de la mano del ganar a toda costa. El Compliance debe advertir ese error y debería actuar, pero sin duda sustentado en la objetividad en vez de la subjetividad, lejos del relativismo. El sostenimiento de un actuar objetivo debe darse por un basamento doctrinario más que por impulsos intelectuales e individuales de los denominados expertos y menos por sumatorias de experiencias aportadas por la realidad. Esto, porque la suma de errores (que los hay) no redunda en la verdad.
La multiplicación normativa o reglamentarismo, se produce como consecuencia, a veces de la propia debilidad sustancial de esta técnica.
Así -en esta pretensión de rescatar y aplicar los permanentes valores éticos que deben guiar la economía y respaldados en el sentido común, reconocemos a el “Compliance” como moderno, reciente y novedoso socio interesante para acompañar esta axiología económica.
Lo anterior es fundamental para evitar lo que advierten especialistas como Raúl Sacani: ”Empezamos a encontrar señales de que, en muchas organizaciones, el cumplimiento ha dejado de proteger para empezar a asfixiar.”[4]…referenciándose con el último artículo de Gianfranco Barchiesi “¿Cuánto es demasiado? Repensando los límites del Compliance”[5]. Se suma a esto lo expresado por Gina Paola P. [6]que señala: “Nos falta claridad práctica para conectar normas, cultura y propósito…Normas hay muchas; lo que necesitamos es sentido”. Muy apropiado citar a Víktor Frankl -para seguir ese razonamiento- que decía que, el conocimiento del ¿por qué? nos ayudaba a llevar adelante los ¿Cómo? Esta especialista muestra un mapa orientador que repetimos a continuación.

Trabajar sin rumbo puede -por ejemplo- llevar a los agentes protagonistas, a lo que hoy se describe como el síndrome de burnout[7], también conocido como síndrome de desgaste profesional o síndrome del trabajador quemado. Es un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por el estrés crónico relacionado con el trabajo. Se caracteriza por agotamiento, cinismo y falta de eficacia profesional. El burnout se desencadena principalmente por situaciones laborales estresantes y prolongadas, como: sobrecarga de trabajo que generan mucha presión; escasa autonomía, poca participación en la organización y falta de definición de tareas; falta de respaldo de superiores o compañeros; ambiente laboral negativo; conflictos, falta de reconocimiento o condiciones laborales deficientes.
Sugerencia para asociar y fortalecer el Compliance
Lo importante es que pudiera incorporar principios: a) que favorecen un actuar libre, proactivo; b) que motiven y faciliten más que traben o limiten; c) que induzcan a las acciones positivas, sin limitarse a la anticorrupción. Dicen que “los anti-Pedro mueren cuando muere Pedro”. Pensamos en la estabilidad temporal, supervivencia y trascendencia de los principios éticos. En la permanente aplicación y no solo en el uso “represivo” o “coactivo”. Movilizar la creatividad y expansión en forma armónica y no dialéctica. Entender la ética económica como limitante, es malinterpretar los conceptos y observar sesgadamente los principios, perjudicando la posibilidad del mejoramiento de la realidad socioeconómica.
Una buena estructura disparadora podría ser basada en:1) Ética como base común. Tanto la axiología como el Compliance buscan evitar abusos y promover prácticas responsables. Si el Compliance se fundamenta en valores auténticamente humanos, se convierte en algo más que una obligación legal: se transforma en una herramienta de justicia. 2) Responsabilidad empresarial: promover que las empresas no solo busquen lucro, sino que contribuyan al bien común. El Compliance ético puede ser el vehículo para lograrlo y 3) Transparencia y dignidad humana: respeto por las personas y la equidad. Esto los hace compatibles en contextos donde se busca una economía más humana.
Estas ideas surgen de la observación del orden de las cosas, de la naturaleza de las mismas, de la objetividad más que a la subjetividad y es justamente en estos puntos donde entendemos que se debe buscar la fortaleza.
Sin duda podrá ser observado desde otros puntos de vista, pero creemos que la fortaleza está en la verdad objetiva, independiente de los vientos de la historia. El hombre de ayer es de la misma naturaleza que el de hoy. La variación de las circunstancias son las que sí deben reconocerse, pero proponemos que esa acción lo sea desde un enfoque firme; no de elección de mutantes o relativas voluntades individuales.
Fue durante la Revolución Industrial -con sus consecuencias laborales y económicas- la que urgió una respuesta ética más estructurada, dando lugar a un plexo ordenado. La reflexión trascendente sobre la cuestión social de la época brinda principios orientadores donde se debe abrevar. Por el lado de las propuestas, ese momento de obligada reflexión ética aportó elementos sobre la justicia; el bien común; desarrolló la teoría de la justicia distributiva y la función social de la propiedad; promovió obras de asistencia social organizadas y atención a los excluidos; recuperar los prístinos conceptos de justicia social y subsidiariedad.
Colofón
La focalización exclusiva o aislada en sus conceptos propios -en solitario- nos impulsaría a claudicar, empequeñecer o alertar sobre la posible efímera riqueza de la aplicación del Compliance. Unirlos a los riquísimos y amplios principios éticos y axiológicos es ganar una gran oportunidad. Reconocer esto no le quita mérito a lo logrado hasta acá por el Compliance sino todo lo contrario.
El reconocimiento del trabajo y experiencia acumulada en la historia universal sobre la relación ética y economía sería de enorme utilidad para encauzar el Compliance en este desarrollo reciente que ha emprendido.
[1] Aporte generoso del Dr. Gustavo Campoy, experto del tema, cuyas sugerencias-aún en discrepancia- permitieron enriquecer (si vale la expresión) este trabajo para el bien de los lectores.
[2]https://www.google.com/search?q=normas+iso+37301&sca_esv=209f97d1b10e0358&sxsrf=AE3TifOKl2khYxdzu7qrfYb_iTP4ZooqIw%3A1752262970210&source=hp&ei=OmlxaMrRCoLb5OUPpISX2Ak&iflsig=AOw8s4IAAAAAaHF3SuXPp3WJj4pyhNo10IvscoBuXBUN&ved=0ahUKEwjK1o-
[3] https://eticaycompliance.org/newsletter/
[4] Raúl Sacani. Construyendo Gobernanza & Ética | Experto en Anticorrupción & Delitos Financieros | Docente en Compliance & Toma de Decisiones | Speaker & Autor. (11) Los muros del Compliance | LinkedIn.
[5] ¿Cuánto es demasiado? Repensando los límites del Compliance – Centro de Gobernabilidad y Transparencia.
[6] Estratega en GRC & Sistemas Integrados de Gestión | Experta en ISO 9001, 27001, 22301, 31000, 20000-1 | Optimización de Procesos | Gestión de Proyectos Estratégicos (PMP) | Compliance & Riesgos. https://www.linkedin.com/posts/ginapaolapena_catalizadoragrcysig-compliance-normasiso-activity-7351264425611255808-
[7] Proviene del inglés burn out, que literalmente significa “quemarse” o “estar consumido”.