Breves aspectos doctrinarios económicos
Por Domingo R. Godoy
• UBICACIÓN DE LO ECONÓMICO
El hombre, circundado por realidades físicas y sociales, es el centro de lo económico. En principio, lo económico tenemos que reconocerlo, dentro del hombre mismo. Es el hombre (ser moral) el primer ser económico y como él es el primero, las cosas que le rodean (bienes y servicios) toman la cualidad de económicas. No lo serían si el hombre no existiera. No lo serían si el hombre no fuera económico.
El fin de lo económico es satisfacer las necesidades de las personas en sociedad. Debido a que el hombre es el destinatario, el modo, el método de obtención de los bienes y servicios para satisfacer las necesidades y la forma de utilizarlos debe enmarcarse en fundamentos supra económicos. Lo ético, lo moral indican parámetros de obtención, uso y aprovechamiento de los bienes y los servicios; entendiendo que lo económico es solo una parte de lo humano. Por lo tanto, se referencia y ordena a los principios que plenifican y mejoran al hombre.
La actividad humana, será económica cuando tienda a transformar; cuando tenga como finalidad modificar el conjunto de medios que en las circunstancias de tiempo y lugar considera útiles para los fines de la vida. Generalmente esos medios son escasos y el grado de economicidad irá vinculado tanto a su utilidad cuanto a su escasez.
• LOS BIENES Y LOS SERVICIOS
Derivado del razonamiento anterior, la economía en cuanto concepto abarcativo de distintos planos o niveles de actividad, se la puede definir como la relación de la acción humana con los bienes (y servicios), escasos y aptos para satisfacer necesidades.
Siguiendo esta lógica, también vemos que, las cosas hechas, las transformaciones materiales (físicas, tangibles) se identifican con la producción mucho más velozmente que los servicios personales. No hace mucho tiempo (mirando desde el punto de vista evolutivo de la actividad económica) se han comenzado a reconocer (valorar, inclusive teóricamente o estadísticamente) a los servicios como parte importante (y culminante) del proceso productivo.
• ECONOMIA. EL USO VS EL TENER
Ante la contemporánea deformación del sentido de los términos, mejor es interpretar a la economía como la actividad que desarrolla el hombre para contar con bienes y servicios útiles y escasos, para satisfacer las necesidades de diferente tipo de él, de su familia o de sus empresas. Así, la tenencia “per se” no muestra nada y es estéril. La propiedad tiene sentido en tanto exista un destino de dichos bienes o servicios poseídos, cual es, el de satisfacer necesidades. Debe considerarse patológico el goce de la simple posesión. Gozar “per se” no es racional y tampoco es “económico”. La accesibilidad al uso, goce o consumo tiene sentido en tanto exista ese fin en los bienes o servicios de los que trata esa abundancia. Recordemos que la satisfacción y el goce se dan en el consumo y no en el tener.
• MANERA DE ADMINISTRAR
La Economía se ocupa de los recursos escasos, con objeto de producir bienes y servicios y distribuirlos para su consumo entre los miembros de la sociedad, pero debe tener en cuenta la manera en que se administran, es decir la forma en que los individuos “economizan” sus recursos; el modo en que emplean cuidadosamente sus ingresos para obtener de ellos el máximo aprovechamiento para satisfacer la mayor cantidad posible de necesidades. La Economía se ocupa de las necesidades que son satisfechas por bienes económicos, por elementos naturales escasos o por productos y servicios elaborados por el hombre de manera limitada.
• ACTIVIDAD
Como hemos dicho, la economía es una ACTIVIDAD para satisfacer necesidades. No es para maximizar las rentabilidades individuales o empresariales.
• LIBERTAD. PROPIEDAD. DIGNIDAD
La LIBERTAD de trabajar para obtener y disponer de los bienes para satisfacer las necesidades, es básica. Esa libertad es la que permite el acceso a la PROPIEDAD y a la vez la propiedad fortifica, cimenta, coadyuva a la libertad. Un hombre sin propiedad no es libre. Un hombre que libremente ha trabajado y obtenido su propiedad que le permite a su vez ejercitar su libertad crece en DIGNIDAD. La libertad de trabajo y la libertad de acceso y uso de la propiedad dignifican a la persona. Sin duda se magnifica la dignidad con el buen uso y destino de lo poseído.
• INTERCAMBIO Y DINERO
Si bien puede considerarse como gratificante la posibilidad de que el hombre tenga trabajo (que fortalece su libertad y asimismo es básico para su dignidad, colaborando en el camino de su felicidad) no debe olvidarse que ese trabajo para el hombre, siempre, es un COSTO. Éste tiene como fin último la tenencia de riqueza, pero, como se dijo, es un esfuerzo para la satisfacción de necesidades a través de los CAMBIOS. La obtención de los bienes o servicios para satisfacer esas necesidades se denomina: PRODUCTO. Costo y Producto son las caras de una misma moneda. Ese CAMBIO O INTERCAMBIO es el hecho inicial de la Economía Política.
• CIRCUITO ECONÓMICO. ENTIDADES INTERMEDIAS. ASOCIATIVIDAD
El formato tradicional, clásico del circuito económico mostraba dos unidades: de consumo y producción. Así los intercambios podrían considerarse libres e independientes de cualquier poder o intervención. Este planteamiento, nacido en las raíces del liberalismo clásico, es el que presenta un circuito elemental, desnutrido, formado solo por familias y empresas. La tendencia nos muestra que los propietarios de las empresas cada vez son menos en cantidad y más poderosos. Las familias quedan sujetas a su poder oligopólico o monopólico. Es la historia del capitalismo, inclusive el actual. Muchísimas veces se plantea que, para reducir, mitigar o limitar los abusos empresarios o las esas distorsiones de precios, intervenga el Estado. Allí fija precios máximos, para favorecer a los consumidores y/o precios mínimos o precios sostén para favorecer a los productores y en las acciones máximas, interviene, estatizan, expropian.
No vale la pena excederse sobre estos temas, pero la equidad deseada por la intervención estatal, definida de esta forma citada, o sea “DESDE ARRIBA”, redunda en más escasez y mercado negro.
Se debe conocer el circuito económico básico: las familias y las empresas. Se complejiza con la presencia del Estado y del sistema financiero, pero SIEMPRE hay que considerar la importante presencia de las entidades intermedias. El TERCER SECTOR o el SECTOR DE LA ECONÓMICA SOCIAL, las ENTIDADES INTERMEDIAS. En este circuito, entendemos que éstas se gestan principalmente por PERSONAS que quieren realizar acciones, llevándolas adelante por diferentes motivos: necesidades económico-sociales legítimas, conveniencia (por aquello que la unión hace la fuerza), por caridad, solidaridad, conciencia social o sensibilidad, oportunidad, por conocimiento o descubrimiento de la propia debilidad de las personas a nivel individual ante las realidades económicas complejas y agobiantes, por motivos institucionales, por motivos sociales (compromiso y preocupación social o búsqueda de prestigio social), etc.
Una enunciación doctrinal diría que la presencia de estas entidades en el circuito económico se debe a la natural tendencia asociativa que poseen las personas y la conveniencia que observan para poder obtener logros individuales que solas no pueden.
A nuestro criterio esa NATURALIDAD ASOCIATIVA, en nuestros días se ha evaporado en parte y ha girado hacia el enseñoramiento de la cultura individualista con esporádicas uniones temporarias producto de conveniencias oportunistas. Uniones efímeras, hedonistas, pasajeras, ocurrentes, pero impensadas para un trabajo y esfuerzo común de largo o mediano aliento.
El objetivo o la intencionalidad de cada individuo participante de las entidades intermedias son aspectos personales, propios de su fuero íntimo, indescifrables en la mayoría de los casos. Lo que importa –desde el hacer– es que las entidades coadyuvan con el fin de bien común y hay que seguir ese camino. Hay que advertir que, las instituciones constituidas y basadas o cimentadas en intereses mezquinos o compuestos por individualidades egoístas, son más endebles que las formadas con fines solidarios, altruistas y socio-económicamente comprometidos con el bien común.
• RELEVANCIA Y PREMINENCIA. SUSTENTABILIDAD
Muchas de las entidades intermedias están vinculadas a los aspectos sociales, pero esto no quita que varias de ellas, inclusive las más dedicadas a lo social, tengan grados, oportunidades o momentos de RELEVANCIA y de PREMINENCIA del quehacer e interés de lo económico que las hace pertenecer a este circuito. Una entidad que aglutina personas con vocación de meditación, de oración, de actos grupales de reflexión espiritual, por ejemplo (por nombrar alguna actividad ajena o alejada de lo económico), deberán en su momento, unirse, abstraerse de los ruidos, ensimismarse, difundir, etc. Para esto necesitarán medios de movilidad, de comunicación, o diferentes bienes materiales como automotores, combustible, casas, luz, etc. Quizás lo económico como inquietud y como medio no es relevante, su participación en el circuito es mínima, pero en esa pequeña medida, estas entidades intermedias participan también del tercer sector.
Lo que debe recalcarse es que estas instituciones deben preocuparse por ser sólidas en su accionar, eficaces en su organización y gestión y eficientes en sus objetivos. El criterio de sustentabilidad, impulsado para las empresas en la actualidad, debe ser tenido en cuenta…porque son empresas sociales.
• EJEMPLOS
Como ejemplo mostraremos un participante del circuito económico: la de una UNIÓN VECINAL, la cual reúne a sus socios vecinos para hacer los arreglos de las casas que faltan, el “cordón y la cuneta”, para poner las luces o emplazar el asfalto de las calles, para reclamar por diferentes medios de los altos valores de las tasas municipales, colocar la garita de seguridad privada, colocar el agua corriente, las cloacas, vigilar la moralidad del barrio, ser miembro de un programa de planificación participativa local, armar una campaña zonal de defensa de los intereses ambientales, etc.
En otros casos, los trabajadores se aglutinan en GREMIOS O SINDICATOS, porque solos –individualmente – son débiles para negociar sus sueldos con el o los patrones. Estos, por otro lado, a la vez se reúnen en CÁMARAS EMPRESARIALES, FEDERACIONES O CONFEDERACIONES porque pueden mejorar sus performances financieras ante los bancos, solidarizándose o interactuando con garantías coparticipadas con grupos de empresas. Los anteriores negocian mejor los salarios en las convenciones colectivas de trabajo por sector y las otras, las empresas pueden, por ejemplo, enfrentar las jurisdicciones estatales ante posibles avances exagerados de tipo impositivo: impuestos de carácter expropiatorio. Se unen para contratar asesores en materias diversas que los defiendan o que indiquen las estrategias de crecimiento, desarrollo, ampliación, etc.; arman planes educativos o de capacitación. LOS PADRES se juntan para colaborar con la escuela o los vemos unidos y preocupados para crear un colegio o una Universidad. Observamos a los ambientalistas preservar, por medio de sus fundaciones, el medio ambiente y la sustentabilidad del desarrollo. Son innumerables las inquietudes humanas y los proyectos que llevan a los humanos a unirse para fortalecerse de modo comunitario, alejando de esta forma su debilidad del accionar económico y social individual.
Estos entes que naturalmente o artificialmente se forman entre la persona, la familia (dado que la familia la consideramos como unidad) o la empresa, por un lado y el Estado por el otro, son empresas solidarias, son empresas de personas. La realidad cotidiana, las desdibuja en su eficacia y las hace aparecer como protagonistas secundarias. Se vuelve más adelante sobre el tema.
• LA INTERVENCIÓN EN LA ECONOMIA
El destino de estas entidades, puede o debe estar también ligado a una intervención en la economía.
Una actitud propositiva, activa por parte de ellas, es el único resguardo a la riesgosa intervención directa estatal. La presencia activa y motora de las entidades intermedias es lo que proponemos. El reconocimiento de su función por parte del Estado – sin descuidar el principio de subsidiaridad- y la acción propia de los dirigentes de estas entidades preocupados por el bien común económico-social, es lo que permite que su presencia en el circuito económico sea natural, armoniosamente reguladora, legítimamente equilibrante e inductora de la equidad de los intercambios. El dicho sobre que “los de afuera son de palo” corre perfectamente para la defensa de los intereses comunes. Primero deben ser “arreglados” por los protagonistas directos, por los INTERESADOS directos, luego y quizás en segunda instancia, por los estamentos estatales.
La intervención en la economía para las familias, representada por las entidades intermedias, que son la personalización de los legítimos intereses de cada sector, observados por un Estado que preserva la armonía del bien común, es la posibilidad de un ordenamiento de precios y un crecimiento de acuerdo con un reclamado humanismo económico.
La vigencia de estas entidades intermedias son las que recuperan el ENTRETEGIDO SOCIAL, indispensable para el fortalecimiento ARMÓNICO de las relaciones humanas e inter-institucionales. Pero sobre todo fundamental para evitar las consecuencias de la acción de los gobernantes o dirigentes que se sienten dueños circunstanciales de un poder estatal intervencionista; el cual se agrava porque resulta inconsulto; omnicomprensivo en su soberbia de soluciones centralistas y enemigo acérrimo del consejo; de la participación y de la democracia social.
• LOS PRECIOS. LA RECIPROCIDAD
Muchas veces se ve que la injusticia en los precios transados se genera a nivel de mercado, por lo que podemos deducir que el libre juego de la oferta y la demanda deben ser complementados con la ley de la reciprocidad en los intercambios. Esta ley dice: ‘Así pues, la oferta y la demanda se producen sin adulteración alguna, cuando por ninguna de las partes se lleva a cabo una explotación del desconocimiento o la debilidad del que está enfrente”
En una situación teórica de mercado libre, el precio se fijaría mediante la ley de la oferta y la demanda. En una situación real de competencia imperfecta, los precios se determinan a través de otros mecanismos, tales como la maximización del ingreso marginal, oligopolios, oligopsonios, competencia monopolística, etc. La condición de equilibrio de la empresa que desea maximizar su beneficio es ingreso marginal igual a coste marginal. El modelo más extendido para determinar la cantidad de bienes y servicios que deben producir las empresas, parte de la premisa que éstas desean como objetivo único maximizar el beneficio obtenido. Los beneficios se definen como los ingresos menos los costes.
La reciprocidad hace a la justicia, hace al desarrollo armónico de los pueblos, está directamente vinculada con la dignidad y libertad de las personas, con la distribución de la riqueza.
Muy bien lo expresa Belaúnde al decir que “Pero para que el cambio tienda al fin antes recordado debe observar la llamada ley de reciprocidad, o sea que tiene que haber equivalencia en el valor de los bienes cambiados, sin que una de las partes se aproveche de la ignorancia o debilidad de la otra. Ello obedece, ante todo, a elementales razones de justicia conmutativa; pero también a motivos de conveniencia económica”(…)”Esto último se funda en el hecho de que la parte perjudicada se empobrece (al menos relativamente); y si tal situación se repite en forma prolongada, tendrá dificultades para seguir realizando cambios de bienes, con lo cual se resentirá la misma actividad económica, que es predominantemente, en la economía moderna,(…) Adviértase que no se trata de pretender que la equivalencia en el cambio sea absoluta, matemática -lo cual, por lo demás, es imposible de precisar-, pero sí que no existan diferencias grandes ni continuas” .
Evidentemente, si se da el cambio es porque uno valora menos la cosa que entrega, que la que recibe. Subjetivamente voy a encontrarme (o quiero encontrarme) en un nivel mejor ya que satisfago mi necesidad desprendiéndome de una cosa que no me es necesaria y que no valoro (o valoro menos) y la cambio por una cosa que valoro, que necesito. Pero a lo que nos referimos es al nivel objetivo. El hecho de haber negociado una cosa, no debe implicar el empobrecimiento o enriquecimiento por mi parte en desmedro o beneficio del patrimonio propio o del otro. Para que esto suceda, lo que entrego debe ser de semejante en VALOR OBJETIVO que lo que recibo de la otra parte.
• ECONOMIA Y TAMAÑO DEL ESTADO. LA SUBSIDIARIDAD
Creemos que el tamaño del Estado lo puede dar y lo da, sin lugar a dudas, el Principio de Subsidiariedad. Su ausencia o su vigencia repercuten en el “tamaño estatal”. Más aún, la verdadera reestructuración del Estado, la que respeta las representatividades, las dignidades de los protagonistas, las características regionales y los verdaderos intereses pasa por el principio de subsidiariedad.
El Estado es necesario, naturalmente importante, realmente inevitable y particular de acuerdo a cada nación como para definir su existencia por mensuraciones matemáticas o estadísticas. Su tamaño y sus funciones merecen ser especificados por un principio que reclama la prudencia política. Es necesario rescatar su concepto: “el “vocablo” subsidiariedad deriva del latín “subsidium” y significa tanto como ayuda o prestación auxiliar. El Estado y la sociedad, pero también toda otra autoridad superior, solo deberán intervenir en forma subsidiaria; es decir auxiliarán a la unidad subordinada más pequeña ( por ejemplo la familia) cuando ésta no está en condiciones de valerse por sus propios medios para cumplir plenamente con sus tareas”…” Por lo tanto, no es el Estado ni el Sector Público quienes deben acaparar la mayor cantidad de competencias posibles y administrar en forma dirigista y centralizada toda la vida socio-económica.
Antes bien, el principio de subsidiariedad reclama que deleguen en lo posible, promuevan y apoyen la iniciativa privada.” Referido principalmente al accionar del Estado este principio ha sido probado y defendido en numerosas oportunidades por gran cantidad de países como la misma Alemania de la post-guerra; aplicado para la descentralización en Francia; incorporado a sus estatutos constitutivos por “mega instituciones” como la Unión Europea; ha sido receptado constitucionalmente a niveles provinciales como en la Provincia de Tierra del Fuego en Argentina; defendido y difundido por instituciones privadas como la Fundación Konrad Adenauer líder internacional de la Democracia Cristiana y promovido por reconocidos institutos preocupados del Estado y lo social.
La aplicación del principio de subsidiaridad impulsa a la DESCENTRALIZACIÓN en el ámbito del sector público para que se conjuguen -tras el proceso técnico-político de “devolución” de funciones a los sectores que lógicamente les corresponde– acciones reales legitimadas y solidificada con la iniciativa local. El ciudadano retoma el ejercicio de sus responsabilidades (personales, familiares, sociales o económico-patrimoniales) conociendo su entorno y repensando su destino de su vida y de su familia para encarar su futuro en libertad. Esto sucede cuando el Estado acepta que su presencia puede replegarse para centrar su accionar –por ejemplo- en lo estratégico. Desde lo presupuestario debe traducirse en un alivio a la presión tributaria que cubría los costos burocráticos de decisiones centralizadas que no existen más.
• APLICACIÓN DE LA SUBSIDIARIDAD
El principio de subsidiaridad aplicado a la estructura burocrática del Estado debería desembocar en: Reestructuración de empresas del Estado; procesos de desconcentración y delegación de funciones; creaciones de nuevas funciones y nuevos perfiles de funcionarios; procesos de descentralización y eficacia y eficiencia del sector público.
Estos procesos pueden coadyuvar al desarrollo de la economía social o quizás al revés, la economía social puede solucionar la operatividad y gestión de los intereses que antes ejecutaba centralizadamente de modo ineficaz o deficiente un Estado burocrático.
• INTERVENCIONISMO TOTAL VS ECONOMIA SOCIAL
Lo que es cierto es que una LEGÍTIMA ECONOMÍA SOLIDARIA no crece, no se desarrolla, no prospera con la vigencia de un Estado totalmente centralizador e intervencionista.
Aplicar este principio supone tener o recrear lo que se llama el TEJIDO SOCIAL, el “entramado” de diferentes intereses que organizadamente traten sus propios temas en coordinación con los del resto de la comunidad. Los dos extremos, el individualismo o el colectivismo son los enemigos de la aplicación del principio de subsidiaridad. La única forma de mitigar el rigorismo y dureza de una economía de mercado altamente competitiva y deshumanizada, con individuos aislados y desamparados a merced de las “fuerzas del mercado”, es aplicándolo.
Así los intereses comunes se afianzan y la solidaridad real, (no solamente la declamada; la ejercida por convivir y participar en problemas semejantes), le permite a los que están en peores condiciones encontrar apoyos concretos. La sociedad arma libremente lo que podríamos llamar su propia MALLA DE CONTENCION DE EXCESOS.
La vida económica privada está representada por las familias y su fuerza laboral; por las empresas unipersonales; cuentapropistas o más complejas; por el capital en manos de ellas y de los particulares. Su acción se plasma en la enmarañada vida económica empresarial, comercial, etc. La satisfacción de las necesidades y el lucro son sus motores, sus objetivos.
• EL MUNDO DE LAS ENTIDADES
Lo anticipamos cuando hablamos del circuito económico. Es inevitable no distinguir un tercer sector. Ese tercer sector es el ya conocido de las entidades intermedias, es el componente NECESARIO del y para el “entramado social”. El observador simple, sin ser politólogo lo reconoce. A este se lo denomina de diferentes formas, tales como: ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL (OSC); ENTIDADES INTERMEDIAS; SECTOR VOLUNTARIO; SECTOR NO LUCRATIVO; SECTOR SOLIDARIO; ECONOMÍA SOCIAL; TERCER SECTOR; SECTOR SOCIAL; TERCER SECTOR SOCIAL O INICIATIVA SOCIAL. Las acepciones de ECONOMÍA SOCIAL O DE TERCER SECTOR son internacionalmente y actualmente dominantes.
Éstas se pueden estudiar y observar en función del objetivo, como por ejemplo Sociales, Deportivas, Educativas, Profesionales, de ayuda mutua, etc. Lo clásico es diferenciarlas por sus Tipos legales y ahí se encuentran las Asociaciones Civiles, las Fundaciones, las Mutuales y Cooperativas y el campo de las ONG. Es factible considerarlas como instituciones intermedias, en la visión relacional entre Estado-Particulares.
El ámbito de la economía solidaria que se trabaja, se desarrolla bajo las normas específicas de figuras asociativas que no pertenecen al Código Civil y Comercial (para los casos de Fundaciones, Asociaciones civiles con fines socio-económicos preponderantemente, etc.) y a las normas sobre Cooperativas y sobre Mutuales. Tanto las Asociaciones Civiles, Fundaciones, como las Cooperativas y Mutuales tienen puntos en común, necesarios de destacar para que se observe las características que implica el asociativismo de este tenor.
• COMPOSICIÓN DEL TERCER SECTOR
Dada las inquietudes diferentes de las personas que componen esos tipos de entidades nombradas anteriormente podemos distinguir dentro de este campo dos subsectores.
a. El subsector de mercado, compuesto por las empresas cuyo objeto se desarrolla en la economía. Si bien sin un espíritu de lucro, sí con acciones productivas de bienes y servicios. Tiene una preeminencia económica el objeto asociativo.
i. Este subsector estaría formado, por las siguientes formas jurídicas: Cooperativas y Mutuales. Con cierta simpleza podría decirse que las Cooperativas unen a las personas para producir algo que individualmente no podían: bienes o servicios. Las mutuales unen a las personas para adquirir o conseguir algo al que individualmente no podían acceder. Más ligada está la figura cooperativa a la transformación de bienes o servicios; mientras que la mutual está más atada a la adquisición colectiva de bienes o servicios. Este ámbito de la economía solidaria, se desarrolla bajo las normas específicas de dos figuras asociativas que no pertenecen al Código Civil y Comercial y tampoco al amplio espectro de las Asociaciones Civiles o Fundaciones, estas son: las normas sobre Cooperativas –las Leyes 20.337 y 23.427 sobre el Fondo de Educación Cooperativa – y la norma sobre Mutuales, la Ley 20.321.
ii. Acompañan esta formación las integraciones de segundo grado como las Federaciones, de Mutuales o de Cooperativas. Con creciente relevancia se presentan las integraciones de 3er. Grado como las Confederaciones.
iii. Otras formas que adoptan son de: Sociedades laborales; Sociedades Agrarias de Transformación; Empresas mercantiles no financieras controladas por agentes de la economía social; Cooperativas de crédito y secciones de crédito de las cooperativas;
Cajas de crédito; Mutualidad de seguros; Mutualidades de previsión social; Mutuales de las distintas fuerzas armadas u originadas por asociatividad de personas pertenecientes a diferente poderes del Estado; etc.
b. El subsector de no mercado, que integraría a las instituciones privadas sin fines de lucro al servicio de los hogares, de las familias de la vida doméstica, aunque existen muchas de uniones que hacen a finalidades socio-productivas.
i. Este subsector estaría formado, por las siguientes particularidades jurídicas: Asociaciones; Cooperadoras (policiales, escolares, hospitalarias, etc.); Fundaciones; Corporaciones; Grupos empresariales; cofradías; sociedades laborales; Cámaras de Comercio y sus “específicas”; uniones empresarias.
ii. Otras formas jurídicas, algunas con influencias económicas como lo que se conoce como el “Club del Trueque”, los Consorcios o Colegios profesionales o los Consorcios Edilicios, etc. En esta línea no tradicional, quizás podamos incluir al eficazmente conocido Banco de los Pobres, derivación de la Banca Yunus.
Modernamente, a todos estos entes, se los ha conocido como ORGANIZACIÓNES NO GUBERNAMENTALES (ONG), ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL (OSC). Son entidades de carácter privado, con fines y objetivos generalmente humanitarios y sociales definidos por sus integrantes aunque las hay con incumbencias y relevancia económica, creada independientemente de los gobiernos locales, regionales y nacionales, así como también de organismos internacionales.
• CARÁCTERÍSTICAS DE ESTAS SOCIEDADES
Brevemente se expresarán las características que tienen estas empresas. Si se observa, desde los análisis preliminares de las mismas, se presentan – en cierta forma – como condiciones de su existencia.
Previamente vale la pena aclarar que, la presencia de este tipo de sociedades requiere características y oportunidades que se ven en este punto, aunque la defensa y promoción que encaramos no significa un ataque a las sociedades de capital ni el desconocimiento de las mismas, con los beneficios que en el mundo actual han aportado. Entendemos que estas empresas de la economía social favorecen el DESARROLLO de los más débiles.
Sin duda que la unión de cada una de las capacidades o cada uno de los recursos de los débiles los hace fuertes, pero no como consecuencia de una simple unión inactiva o de “amontonamiento”. La suma de pobrezas no hace –automáticamente – riquezas. Decir esto sería concederle a Adam Smith que la suma de los egoísmos hace el bienestar general; cuando está probado en la realidad, que esa aplicación redunda en muy corto plazo a la concentración de riqueza.
La sumatoria de egoísmos es un mito que cimenta el otro que es la “teoría del derrame”. El tesoro de la solidaridad, radica y surgirá como fruto de una presencia activa y participativa, voluntariamente aportada pero laboriosa, integrada entre los miembros asociados en los entes que hemos nombrado oportunamente (cooperativas, asociaciones, mutuales, etc.) donde se suman valores personales, virtudes, capacidades, estrategias, conocimientos, experiencias, tiempos y esfuerzos personales, tecnologías adecuadas, esfuerzos económicos, donde uno aporta de lo propio para lo común y por qué no, “interesadamente”, muchas veces para recibir ulteriormente mucho más, etc.