Prof. Fernando Rambaldi / Concejal Encuentro Vecinal – La Calera
Hace unos días la ciudad de Río Cuarto, capital alterna de Córdoba, tuvo sus elecciones municipales con algunas particularidades que son dignas de destacar, más allá del resultado de las mismas.
Los procesos electorales son vitales en todos los sistemas democráticos republicanos. Se entiende al sistema de votación como la manera más completa de las personas en la participación ciudadana. No estudiar detenidamente los procesos electorales sería desconocer que la democracia tiene inmadurez crónica en muchísimos ámbitos, particularmente en dichos sistemas y en la falta de representatividad de los partidos políticos.
Cabe destacar que la ciudad de Rio IV tiene su propia Carta Orgánica, lo que es fundamental para cualquier ciudad que pretenda tener proyección y crecimiento en el marco de un orden federal, y que sólo se lo puede dar una legislación propia con los aditamentos locales. Una de las ventajas que esto conlleva es poder especificar la fecha de las elecciones municipales y separarlas de las elecciones provinciales o nacionales. Si bien puede acarrear hartazgo entre los ciudadanos por la cantidad de instancias electorales, algo que se notó en la baja participación ciudadana (más allá de la pandemia), termina siendo ampliamente positivo porque se configura como una manifestación de plena autonomía de los votantes a la hora de ejercer su derecho al voto, sin verse condicionados o influenciados por la agobiante y desmesurada pauta publicitaria de las jurisdicciones supramunicipales, como son las campañas a gobernador o presidente. El arrastre electoral que genera “correr con el caballo del comisario” es determinante, hecho que se pudo verificar en otras ciudades de la provincia, como La Calera, en donde las elecciones van “pegadas” a las provinciales.
Lamentablemente, la historia ha demostrado que los gobiernos municipales han sido reducidos, con el paso del tiempo, a meras estructuras administrativas, actuando como correas de trasmisión de poderes extraterritoriales, lo que atenta contra la mentada autonomía propuesta en un sistema federal. Manoseadas las estructuras de gobierno municipales, asfixiadas por los gobiernos provinciales y/o nacionales, dependiendo de su rentabilidad electoral siendo ella base territorial para estos gobiernos superiores, pasan a ser olvidadas y poco promovidas en su capacidad legitima de gobierno, donde a través de los Concejos Deliberante, pueden legislar necesidades particulares de las comunidades locales. Se trata de una realidad que dista mucho del origen remoto de la organización política Argentina, de cuño federal, la cual hizo pie en la vida municipal y su concreción en los cabildos. Luego del período de las luchas civiles, y a pesar de su reconocimiento en la Constitución de 1853, el federalismo argentino se fue desdibujando.
Es por ello que es trascendente rescatar la importancia de contar con una Carta Orgánica local que asegure elecciones independientes en cada municipio, lo que se traduce en un ejercicio real del federalismo tal cual declara nuestra Constitución.
Siguiendo con el análisis, sabemos que las elecciones nacionales, tanto las PASO como las generales, se siguen desarrollando con el viejo sistema de boletas individuales papel, que ha demostrado ser totalmente vulnerable, porque deja un gran margen para la realización de maniobras delictivas electorales, como son los casos de “sobre cambiado”, “cadena de votos”, “adulteración de boletas, ocultamiento o robo”, entre otros, realidad que, al menos, justifica cuestionar los sistemas electorales vigentes. La Cámara Nacional Electoral (CNE) ya en el año 2008 reconocía que “la inconmensurable cantidad de boletas oficializadas generaron una serie de contratiempos que deben inexorablemente conllevar un debate sobre los medios instrumentales que el régimen jurídico establece para canalizar la oferta electoral y ejercer el derecho de sufragio” (cf. Fallos CNE 4072/08).
El sistema electoral tiene por objeto fortalecer la representación política, vocablo que proviene de la función de “representar”. La misma significa hacer presente algo, una/s persona/s o cosa. Sustituir a alguien o hacer sus veces, desempeñar su función o la de una entidad, empresa. La representación política, según el jurista Carlos Fayt, se presenta objetivamente cuando “la acción de los gobernantes se imputa a los gobernados, siendo para éstos de efecto obligatorio, siempre que se ejercite en nombre del pueblo”. Toda la actividad del poder político en el Estado, por sus gobernantes, ha de ser efectivamente en nombre del pueblo en general.
La práctica en muchos países del mundo ha demostrado que el sistema de Boleta Única de Sufragio (BUS) es notablemente ventajoso: evita maniobras ilegales a la hora de las elecciones, acelera el proceso, evita errores en la confección de actas, facilita la interpretación sobre la nulidad o no del voto, como así también la selección de los candidatos para los electores y el control de los comicios. Por otro lado, ayuda a reducir al mínimo la manipulación de las boletas por distintas personas y acelerar los tiempos de comicios y recuentos. Destacamos también que la BUS, además de brindar mayor transparencia, reduce gastos públicos, da mayor autonomía al elector, reduce el impacto ambiental y obstaculiza la implementación de “listas colectoras”, que son aquellas listas de distintos partidos políticos que presentan diferentes candidatos para una determinada categoría de votación, pero adhieren a una misma lista para otra categoría, lo cual va en detrimento de una genuina representatividad política. El sistema está funcionando con éxito en distintas partes del mundo, así como en algunas provincias argentinas desde hace años, demostrando su viabilidad. En la actualidad son pocas las provincias en donde se utiliza la BUS, Córdoba y Santa Fe entre ellas.
Es para destacar las innumerables iniciativas a nivel nacional que existen al respecto, como el proyecto de Ley Exp. 4086-D-2020 “Sistema de Boleta Única de Papel” que busca modificar las Leyes 19945 y 26215, presentado el pasado 10 de agosto del presente año en la Cámara de Diputados de la Nación. El proyecto impulsa la implementación de la Boleta Única para las categorías nacionales: presidente y vice, senadores y diputados nacionales y parlamentarios del Mercosur, con el objetivo de lograr una mejora cualitativa del sistema político a partir de dotarlo de transparencia e igualdad.
Alrededor de treinta y tres organizaciones representativas de la sociedad civil, entre las que se encuentran Red Ser Fiscal, Poder Ciudadano, CIPPEC, Transparencia Electoral Argentina, Colegio de Abogados de la ciudad de Buenos Aires, ACIJ, Democracia en Red, firmaron un documento llamado “Hacia una mayor transparencia electoral” con el objetivo de iniciar un debate público para que el Congreso discuta y reforme la ley electoral para que se aplique la Boleta Única. En la provincia de Córdoba la Legislatura manifestó su beneplácito a partir de un proyecto presentado por el bloque de Encuentro Vecinal, de la mano de los legisladores Aurelio García Elorrio y María Rosa Marcone, para impulsar y alentar a que se adopte la BUS en todo el país.
Sin dudas que la implementación de un nuevo sistema electoral debe llevar como correlato sendas campañas de educación para su correcto uso, lo que ha ocurrido parcialmente en las provincias en donde se implementó el sistema. Será un lento pero necesario aprendizaje. Por otro lado, se deberán instrumentar los medios para evitar las “trampas” que los partidos políticos ya han comenzado a aplicar, como en el caso de Córdoba, en donde se ha agregado una columna/casillero inicial para el voto de “lista completa”, que incluye una foto del candidato a gobernador: si un ciudadano coloca la cruz en este casillero, inmediatamente invalida los otros, lo que genera confusiones, tal cual demostraron los últimos comicios. Hecha la ley, hecha la trampa.
¿Será posible entonces modificar nuestro sistema electoral para que se logre una verdadera representatividad con base federal, tal cual nuestros primeros constituyentes soñaron cuando promulgaron la Constitución del 53´? El sistema electoral argentino merece, y necesita, una urgente reforma que permita fortalecer la república.
Estoy totalmente de acuerdo con este análisis y creo que para mejorar la Democracia en nuesto país es necesario siempre buscar mejoras en la forma de emitir los votos este sistema seguramente ayudará. Ojalá los verdaderos hombres y mujeres con verdadera vocación política tomen nota y quizás hasta puedan mejorar estas propuestas.